Con el tiempo he aprendido una cosa y es que la motivación no dura para siempre. Cuando te dispones a empezar algo nuevo o quizá algo que ya habías hecho antes te sientes entusiasmado y con mucha motivación, crees que llegarás con mucha facilidad hasta ese punto que te has planteado llegar, los primeros días todo irá bien, pero entre más días pasen empezarás a experimentar como esa motivación se empezará a apagar y solo podrás mantenerla viva con la acción.
Cuando estés a punto de empezar algo nuevo, diseña un plan que no requiera mucho esfuerzo, un plan del cual estés 100% seguro de que lo lograrás porque es ridículamente fácil, pero una vez creado ese plan, apegate a el con todas tus fuerzas, y no falles, existe dos cosas más importantes que trabajar muy duro, esas dos cosas son la inercia y el efecto compuesto.
La inercia es fuerza que con el tiempo vas a ir consiguiendo gracias a todos los días ir siguiendo tu plan al pie del dedillo y no fallar, cada vez sentirás que te resulta más fácil seguir tu plan y no fallar, la segunda es el efecto compuesto, y esto lo que quiere decir es que algo por más pequeño que parezca, con el tiempo puede llegar a vencer cualquier cosa, la clave está en la constancia y en tomar acción siempre, aún cuando no se tengan ganas.